Un barrio de mi corazón

Es muy complicado que me logre sentir como en casa en algún lugar. Llevo casi toda la vida viviendo en un ciudad rica por su sol, sus playas, su gente. Respiro el mar, huelo la vida y acaricio un clima que roza la perfección. Encuentro de todo lo necesario para vivir, para vivir bien. Familia, amigos, trabajo y enemigos. Lo que viene siendo un paraje casi idílico. No es mi casa. No es mi ciudad. No es mi barrio. No me transmite. No me transmite cariño. No me transmite amor. No me transmite vida. Mi vida.

Hace no mucho tuve la posibilidad de vivir muy cerquita de un barrio malagueño que me cautivó. Sin tener mucho y teniéndolo todo. No sabría describir qué me enamoró de ese barrio. Que me conquistó de aquel compás. Tal vez su vida, tal vez la mía. Tal vez la comodidad, la seguridad, las risas y sonrisas, las caricias, el azahar, el olor más puro a Málaga.

No entiendo de barrios, no entiendo de Málaga. Sólo pretendo acercaros a aquel precioso lugar que me hizo sentirme ubicada, sentirme como en casa, darme vida. Darme independencia, vecinas de alegría, momentos de calidez, madrugás recorriendo sus calles con alegría. Con ganas de comerme el mundo.

No sé qué tendrá ese barrio. Se me escapa. No lo entiendo, ni comprendo. Es irracional pero me tiene enamorada. Quiero hacerlo de él mi hogar. Y sin querer ofender a ninguno de sus vecinos, me siento de allí cada vez que paseo por sus calles.

Gracias Málaga por darme un rincón de tu ciudad para hacerme sentir viva. Gracias a su gente por tener lugar tan mágicos en los que poder vivir.

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