El Fenotipo del Amor

Muchas veces me han preguntado por qué soy fiel defensora del amor si no mantengo ninguna relación sentimental. ¡Agggg! Verdadero terror siento cada vez que me dicen algo por el estilo. Siento miedo, básicamente, porque me preocupa que sigamos viviendo, alimentando y criando una sociedad que relaciona, une y establece como base del amor las relaciones de pareja. Maduremos emocionalmente, por favor.
El amor y amar, tantas maneras de hacerlas y todas tan válidas. Adoro amar, es más, como millones de veces he manifestado, para mi, el amor lo es todo. El amor es fuerza, pasión y coraje. El amor es alimento, oxígeno y vitalidad. El amor es vida y como vida que es hay que cuidarlo, trabajarlo y valorarlo. El amor es diverso. Es diverso es sus formas, en sus nombres y cantidades.
El amor propio.
El amor de los padres.
El amor de las madres.
El amor en la familia.
El amor entre amigos y amigas.
El amor de los animales.
El amor de los hijos e hijas.
El amor por los nietos y nietas.
El amor en el trabajo.
El amor de los niños y niñas.
El amor en la pareja (O trío o lo que se quiera).
Y así podría pasarme horas y horas. El amor es algo muy amplio y que no debería faltarnos. El amor es algo maravilloso.
En nuestro camino experimentaremos muchos tipos de amor y, lo importante, es saber vivirlos todos. Habrá momentos en los que el amor de un padre o una madre no podamos disfrutarlo más. O, simplemente, nunca lo hayamos disfrutado. Habrá vidas en las que el amor propio de las amistades no prime. En otras muchas el amor que dan los niños, niñas o animales no sea un amor beneficioso, un amor que guste. También estarán los que no quieran sentir el amor de los hijos e hijas.
Es todo tan respetable, todo tan bien establecido, que sólo nos queda aprehender a vivir amando, amándonos.
El amor propio como arquetipo del resto.
Cada vez que me preguntan por qué valoro tanto el amor, se me escapa una sonrisa. Una sonrisa piadosa tal vez. Y es que, a pesar de esta ranciedad innata que tan arraigada a mi traigo, no hay mayor pasión que la de amar, amar mucho.
Como todos, vamos experimentando cambios en nuestros gustos y preferencias. Yo, como personita humana que soy, también los sufro y los sufro también en mi escala de apetecibilidad amorosa. Adoro mi autoamor, el amor a mi madre, a mi familia. El amor a mis amigos y amigas. A los animales. A los niños y niñas. Posiblemente, me encantaría experimentar el amor a una hijo o hija. Pero siempre he idealizado mi Escala de L'amour con un vacío enorme y placentero en el Amor de Pareja. Un rechazo a una relación sentimental. De esas que te quitan el sentío'. Out! ¡Fuera! Y ahí quería llegar.
No somos personas incompletas por rechazar ciertos Fenotipos del Amor. No matamos el ADN de este. No estamos obligados a anhelar, querer o vivir todos y eso es algo que todos y todas debemos interiorizar y entender.

Amar en diversidad y según los gustos y preferencias de cada unx. Aprended a hacerlo y hacedlo mucho.

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