Amen sin tilde

A menudo me encuentro con conversaciones con amigos, amigas o conocidxs sobre sus vidas sentimentales. Dualidades cargadas de amargura. El quiero y no puedo, el quiero y no debo y el quiero y no sé cómo hacerlo.
Estas cuestiones que nos asaltan no son más que meras barreras que nosotros mismos, como personitas emocionales, nos ponemos. Que sí, que nos las ponemos nosotrxs. Que la vida no es fácil, ¿cómo iba a serlo enamorarse? ¿Cómo pretendéis vivir una nueva aventura sin superar obstáculos?La vida son barreras que nos hacen sentirnos vivos, si no, rozaríamos la sencillez de la muerte.
Soy fiel al amor propio, a mirar por uno mismo y eso por eso que defiendo de forma preponderante el 'let the river run'. Aventúrese a sentir como lema en mi bandera. Y es que no hay miedo que paralice más, ni miedo más irracional que el que nos invade cuando sentimos. Y sí, por supuesto, como era de esperar [que lo he dicho al principio del post, no me seáis lumbreras] hablo de l'amour.
Nos produce un miedo totalmente ilógico o absurdo el hecho de que una persona despierte algún tipo de interés en nosotrxs. Ahora me diréis que lo habéis pasado fatal en relaciones anteriores y que no queréis pasar por ahí también. Y a lo que yo os pregunto, ¿nunca os ha decepcionado, fallado o habéis perdido a un amigx? ¡Ahá! Que no es lo mismo porque todxs conocemos eso de "las personas son meros pasajeros en nuestras vidas y unos bajas y otros suben". Porque claro, cuando hablamos en el plano sentimental, nuestras parejas dejan de ser personas y pasan a ser seres de la mitología griega que deben vivir encadenados a ti. El mito de la eternidad y otras falacias machistas que nos inculcan desde muy peques. Y no, no es vuestra culpa particular. Es culpa de todxs, es culpa de esta sociedad.
Estamos mal acostumbrados a sentir, mal educados en las relaciones en general (no te digo ya en las de pareja) y mal habituados a sentir.

A partir de ahora pongamos en práctica un ejercicio precioso. Sentid, aventuraos a ellos. Sentid mucho. Despojaos del miedo a sentir, del miedo a amar. Aprended a querer sin buscar reciprocidad. Y sobre todo, si una persona se cruza en vuestra vida y es capaz de hacerla temblar, observadla, apreciadla y cuidadla. Como dijo Benedetti "esa persona será la que venga a poner en duda las cosas, que cambia la realidad, alguien que marca un antes y un después en tu vida. No es el ser humano que todo el mundo ha idealizado, sino una persona común y corriente que se las arregla para revolucionar tu mundo en un segundo".

Amen mucho, sin tilde y sin miedos.

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