Hoy vengo a hablaros del orégano. Sí, habéis oído bien. Orégano. Pero no del que usamos gustosamente para las pizzas y demás. Dentro del “origanum” encontramos alrededor de 20 especies de hierbas distintas y yo, vengo a contaros un rollo sobre el Origanum minutiflorum. Hace no mucho, la ciencia moderna ha confirmado y definido el aceite de orégano como un importante suplemento de salud natural. Y, los que seáis tan frikis como yo para el tema de hierbas, os preguntaréis por qué. Para responder a esa pregunta hay que describir los distintos efectos que este potente aceite tiene un nuestro organismo. Efectos antibacterianos: los efectos de este tipo son probablemente debido a la capacidad que tiene este aceite de penetrar las membranas celulares y alterar su integridad. Los estudios han demostrado que si células de las bacterias entran en contacto con el aceite de orégano (o uno de sus componentes activos) los fluidos salen fuera de la bacteria. El pH en el interior de las
Las dos y media de la mañana y aquí he vuelto. Vuelvo a sentir un pequeño despertar de emociones y sentimientos que me vinculan directamente con estas letras o, mejor dicho, con esta necesidad de juntarlas para expresar algo. Posiblemente mucho de lo plasmado aquí hasta ahora haya cambiado. Mi pensamiento, al igual que mi habilidad comunicativa y mi forma de comportarme ha seguido evolucionando y cambiando de forma. Posiblemente si leo a la Sra. Rouge del pasado ponga el grito en el cielo por la cantidad de sandeces que podía escribir. Pero no pasa nada. Eso también forma parte de mi historia, de mi pasado. Pero si hay algo que no queda enterrado en un versículo anterior de mi es mi fiel defensa del amor y mi férrea lucha contra los estereotipos en las relaciones. Hoy vuelvo a hablar de la perdurabilidad. En mi entorno cercano se están dando últimamente bastantes situaciones en las que observo cómo las personas seguimos autocastigándonos y autocompadeciéndonos por seguir ligado
La perdurabilidad del amor es uno de los mitos mejor montados. No hay relaciones eternas, no hay amores eternos, pero sí hay amores que acompañan la eternidad. Un amor que perdurará en la piel, que dejará rastro en cada uno de los sentidos. Un amor que comenzó con una admiración discreta, un interés disimulado, unas ganas cohibidas. Un amor que implosiona una noche fría malagueña de máximo apogeo. Más, quería más. Las caricias en sus consejos, los besos en sus palabras, los abrazos en cada minuto que nos dedica, los orgasmos que fusionan. El amor que día a día va a más, el amor que busca la felicidad, el amor que construye y destruye confianza y miedos. El amor que cogerías de la mano para huir sin rumbo fijo. El amor que concibe los cuidados. El amor que perdurará en el tiempo aunque quede exento.
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