Felicidad

No hay nada más horrible y más intenso que la sensación de que se agota. Se agota el tiempo y el sentimiento. Poco a poco faltan las ganas, el coraje y la pasión. Se apaga. Se desvanece ese brillo en la mirada, se hace pequeña esa sonrisa que antes todo lo iluminaba y esos suspiros que admiraban ahora se unen al resto. El viento que antes impactaba sobre un cuerpo que se iba recuperando, un cuerpo decidido a dejar que su alrededor fluyese hasta el lugar más óptimo y adecuado... se para. Ya no corre el viento ni fluye el agua por cada rincón. Ya no hay motivos para despertar y respirar. La asfixia se hace eco y aguarda agazapada al mejor momento. 


Y qué bonita y efímera eres. Que pronto vienes y que pronto te vas, felicidad. 

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