Filofobia (o por qué no haces lo que yo te impongo)

Hace relativamente poco, discutía sobre el maravilloso mundo de la inmadurez sentimental. Inmadurez sentimental que nosotrxs y nuestros aparatos reproductores se encargan de catalogarla como tal, normalmente, por varios motivos muy establecidos:

  1. No tiene una relación de pareja estable desde hace tiempo. 
  2. Su relación de pareja no es heteronormativa. 
  3. Nunca habla de su futuro sentimental a largo plazo.
  4. No piensa en matrimonio o niñes. 
Y si a estos ítems le sumamos que la persona que los cumpla sea un hombre, se nos enciende una luz de color rojo, muy ruidosa y estrambótica que nos indica que nos encontramos ante una persona con miedo al compromiso emocional (filofobia).



Porque sí, porque nuestra lucecita se ilumina, porque nos parece que es eso, porque nos han educado para eso. [Dato: Lógicamente ese supuesto miedo al compromiso a las mujeres no nos pasa. Nosotras queremos enamorarnos, casarnos y parir como si no hubiese mañana. Desde bien pequeñas, además.]

Cada día me fascina más esa gran carrera de psicología que todos no sacamos alguna vez en nuestra vida y que nos acredita para hacer diagnósticos a diestro y siniestro. Diagnósticos con términos capacitistas, ojocuidao. 
Volviendo al juicio clínico que hacemos cada vez que alguien cumple alguno de los ítems anteriores, me dispongo a disparar contra ellxs para matar vuestra normatividad, patriarcado y gilipollez punto de vista de una vez:

  1. Si una persona (sea hombre o mujer) no quiere comprometerse con una persona, no quiere construir algo más o, básicamente, mantener una relación sentimental estable no quiere decir que sea inmadurx emocional o que tenga miedo al compromiso. A lo mejor el inmadurx y el que no sabe nada de la parte emocional de una persona eres tú al creer que todo el mundo tiene que tener las mismas preferencias, los mismos deseos, al mismo nivel y con los mismos planteamientos que tú. 
  2. Si una pareja decide no seguir las pautas de las relaciones heteronormativas y por eso consideras que ellxs no van a ningún lado, que realmente no se quieren y que acabarán haciéndose daño el uno al otro, tal vez seas tú el/la que deba revisarse si tu vida va a algún lado o estás dedicándote únicamente a sacar todos tus prejuicios patriarcales out con el fin de fastidiar lo que se sale de tu cuadriculado pensamiento. 
  3. Si una persona nunca habla de su futuro sentimental no es porque no sepa lo que quiere en la vida. Posiblemente no lo haga porque no se lo haya planteado, porque no haya pensado en su futuro emocional (totalmente cambiante y variable) y haya decidido vivir su presente sin una gran preocupación de qué pasará después. O, tal vez, es que te no le dé la santa gana de contarte a ti qué quiere para él o ella. 
  4. Y por último, el gran boom, NO QUIERE CASARSE NI TENER HIJES. ¡Vaya drama! Aunque para mi es más preocupante que sigamos tachando de filofóbicos a aquellas parejas o personas que deciden no sucumbir a los placeres del patriarcado y romper con los roles familiares estereotipados. Si una persona no quiere casarse, no quiere tener hijxs, no hay ni el más mínimo problema, no es un inmadurx emocional. No cree en el matrimonio, no le apetece casarse, lo ve una pérdida de tiempo (Y DINERO), no le gustan los niñes, le gustan pero pa' un ratito, no quiere tener hijxs porque no le da la real gana y, lo más importante, no tiene por qué daros explicaciones. 

Así que queridxs, triturad vuestro título en psicología callejera y dejad de juzgar a las personas por que decidan tomar decisiones, tener pensamientos o llevar a cabo actos que vosotrxs jamás haríais, bien porque no lo veis bien o, simplemente, porque vuestra moralidad queda condicionada a la deseabilidad social y a lo que la sociedad os impone. 

Y vosotrxs, los que no queréis compromisos sentimentales, disfrutad de la vida y mandad al carajo ignorad las presiones sociales. 

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